La exclusión social
en nuestro país, aunque mucha gente no se dé cuenta, está a la orden del día.
La vulnerabilidad de las personas, en estos tiempos que corren, va en claro
aumento. La situación económica de la mayoría de las familias en España se ha
visto perjudicada, llegando así muchas a quedarse incluso sin vivienda. El
derecho a una vivienda digna viene recogido en la constitución española:
Artículo 47
Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada.
Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas
pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo
con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las
plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.
Artículo 50
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente
actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo,
y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un
sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda,
cultura y ocio.
Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada.
Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas
pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo
con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las
plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.
Artículo 50
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente
actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo,
y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un
sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda,
cultura y ocio.
Artículos como estos
parecen totalmente cínicos vista la situación actual. Algo tan duro como perder
una vivienda deja a esa persona en un nivel de total desigualdad respecto a la
sociedad. La pérdida de integración o participación de dicho individuo en la
sociedad es clara.
Y sin tener que llegar a
casos como estos, podemos ver la exclusión social en cualquier persona mayor de
45 años. Personas como estas, que no tuvieron la oportunidad de estudiar y
sobre todo mujeres, las cuales además se han dedicado a cuidar de sus hijos,
llegan a esta edad e intentan optar a un puesto de trabajo para colaborar con
la economía familiar. Les cierran la puerta en las narices a causa de la edad,
de la falta de estudios, o la falta de experiencia.
En el caso de los
extranjeros la situación se complica también. La generalización de que todos
vienen a “chupar del bote” o a “vivir de las ayudas” incrementa el racismo y la
marginación. Aumenta la economía sumergida y el dinero negro, la delincuencia
como los hurtos, por necesidad…etc. Esto requiere una regulación, ayudando así
a la integración de estas personas en el país, mediante asociaciones que se
dediquen a ayudarles, tanto en el trabajo, como en las escuelas. Una regulación
de las ayudas, haciendo un seguimiento para que estas personas encuentren un
empleo digno, evitar la explotación laboral…etc.
Pero estas medidas y
estas asociaciones que ayuden a integras a los inmigrantes no solo debería
estar dirigida a ellos. También se debe concienciar a la sociedad española y
evitar que el racismo, la marginación y la exclusión social de estas personas
siga en aumento.
No deberíamos permitir
que en nuestra sociedad, tan nombrado estado del bienestar, disminuya la
integración y participación de ciertas personas. No deberíamos permitir que unos se hagan más
ricos mientras otros son cada vez más pobres.
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